Los zapotecas reinaron este valle junto con los dioses; se vivió una edad de oro y jade. Hombres y dioses caminaban juntos, subían y bajaban por las escalinatas de la montaña sagrada como padres e hijos.
Hasta que un día llego la guerra, la guerra con otros dioses.
Gigantes sin caras…llamados los Ximalin.
Se produjeron alianzas con otras razas de hombres, de hombres sin patria. Así llegaron los llamados mixtecas y vivieron en paz con sus hermanos los zapotecas.
Juntos dioses y hombres vencieron al enemigo y reino otra vez la paz.
Pero el hombre en su corazón vive “la cosa mala”
Empoderados por un corazón guerrero se sintieron invencibles y quisieron gobernar a los dioses; ellos ambicionaban su poder y su gloria.
Con el tiempo los dioses desilusionados dejaron al hombre seguir su curso y los abandonaron…
Ellos regresaron al lugar de dónde venían.
Falto poco tiempo para que los hermanos pelearan y dominara la ley del más fuerte…
Esta es la historia de como una princesa unió otra vez a dos razas en un poderoso imperio.
Esta es la historia de la que los antiguos llamaron: “El fin de la guerra de los 25 años y el inicio de la era de los penachos grandes”
Esta es la historia que no le contaron a los evangelizadores y a Cortés; la que vive en piedra y en piel venado ahora muda.
La princesa con alma de lirio.
próximamente
El lirio y el sol.
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Luna sin luz.
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Luna de sombras.
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Luna de fuego.
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Esperanza.
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Los guerreros dormidos del rey Cosijoeza: los guerreros lagartija.
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Flor de fuego.
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El rescate.
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El descanso entre el mundo de los espíritus.
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Los coyotes aúllan a la luna.
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El sabbie de sangre.
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